¿Cómo alcanzar paz interior?
En mis más de cuatro décadas de práctica clínica como Psicoterapeuta, fui encontrando muchos caminos e instrumentos terapéuticos para sanar las heridas de la infancia (que es donde generalmente habitan las causas para nuestros problemas) de mis pacientes, así como también diversas fórmulas, para hallar la paz Interior. En todo este tiempo he podido observar que inevitablemente, en algún momento de nuestra vida, estos dos caminos confluyen.
En la experiencia de vida como seres humanos, tenemos en común haber sido niños, lo que implica que todos pasamos por la experiencia de haber sido indefensos y dependientes. Esto más allá de que la persona cuando adulta, se vuelva alguien fuerte, duro, poderoso o independiente, tanto cuanto que pueda obtener grandes logros, o llegue a manejar enormes proyectos. Sabemos sin embargo, que puede llegar un día en que ya sea por una enfermedad, o por la misma vejez, en que volveremos a postrarnos, a convertirnos de nuevo en criaturas débiles, indefensas, dependientes, y después nada, la Muerte, el Vacío, el Fin.
Para volvernos humanos integrados, es importante reconocer y explorar estas dos partes de la existencia, volvernos conscientes de nuestra vulnerabilidad y de la vulnerabilidad de la vida.
Así Somos, así fuimos y así seremos. Reconocer, aceptar y aprender a vivir en paz con nuestra fuerza y nuestro poder es necesario, como lo es también, aceptar y aprender a vivir en paz con nuestra debilidad y nuestra fragilidad.
Reconocer tu Esencia durante lo que fue tu infancia, hacerte responsable de encontrar medios para sanar tus heridas y traumas, los miedos y recuerdos dolorosos de esa época en la que debido a tu debilidad y dependencia no pudiste hacer algo diferente, esa época en la que te adaptaste lo mejor que pudiste, para sobrevivir a las circunstancias de la vida.
Reconocer tu Esencia en tu edad adulta y entender que eres responsable por estar viviendo la vida que vives, o de cambiar aquello que no te gusta, independiente de la economía, del gobierno, de la sociedad, del mundo, etc. Deja de culpar al pasado o al presente, vuélvete responsable por tus decisiones, por tus actos y las consecuencias que ellos traen. Admite que eres responsable por los resultados de tu vida. Acepta que han sido años de venir tomando decisiones y actuando de la manera en que has actuado, los que te han llevado a este momento en dónde estás. No son tus padres, ni el trabajo, ni el gobierno, son tus decisiones las que te han llevado al lugar donde estás.
Reconocer tu Esencia en su debilidad, es posible si no mueres antes, o cuando llegue el día en que por vejez o enfermedad no seas capaz de ganarte la vida, en que no seas capaz de asearte, o de recordar a tu familia o lo que desayunaste por la mañana, y aún en ese momento vas a seguir siendo tú mismo, y si no aceptas tu debilidad, tendrás que luchar y sufrir contra lo inevitable, habrás luchado toda tu vida contra la Vida misma, contra el mundo, contra la "realidad". Esa lucha que solo se puede ganar cuando te rindes, porque todo el tiempo esa lucha ha sido contra ti mismo. Sí, porque la única lucha que existe es con nosotros mismos.
En el momento en que aceptamos la vida tal cual es, en el momento que amamos el momento presente como si nosotros mismos lo hubiéramos elegido, es solo en ese momento, que encontraremos nuestra paz interior. Solo los grandes Iluminados la pueden encontrar en su niñez o adolescencia, la mayoría lo empieza a vislumbrar en su edad adulta y por último, muchos encuentran la aceptación ya en la vejez, hay aun los que mueren luchando, sufriendo o en depresión, por no haber encontrado Paz en este mundo. Son los que pelearon y se resignaron a sufrir hasta el final.
Dicen que un consejo, hasta de un conejo. Mi recomendación para las personas que buscan crecer y mejorar: No desistas en buscar formas de sanar tus heridas, acepta y busca ayuda profesional para tratar tu fragilidad, cuida y abraza tu dolor, pero no te paralices allí, cree y lucha por tus sueños, conéctate y permítete sentir tus emociones, ama la vida, encuentra motivos para estar agradecido, encuentra tu camino, y siempre que sea necesario, refúgiate y descansa en tu paz interior.
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