La crisis sanitaria del covid19, dejo una amarga y generalizada incertidumbre acerca del futuro. Sí, al cambiar la rutina y salir del “piloto automático”, todos o la gran mayoría, hemos pasado a tener experiencias diferentes de lo habitual. Surgieron cambios y con ellos, también retos. Es cierto que se crece a partir de enfrentar y resolver los desafíos que una crisis trae. Pero sumado a las normas colectivas, a nivel individual, muchos tuvimos la oportunidad (obligados) de detenernos y descubrir en nosotros o con los otros, memorias, pensamientos, sentimientos y sensaciones, con las que habíamos perdido intimidad. Somos obligados a cuestionarnos: ¿Cuánto me conozco? ¿Cuáles son mis creencias? ¿Cómo desarrollo mi mundo espiritual?
La crisis mundial por la que todos o casi todos pasamos, no es solo sanitaria, o económica. Es principalmente de conciencia y espiritual. Despertar también puede ser difícil, pero es un paso necesario en el proceso de crecer y de florecer...
Primeros pasos hacia el auto conocimiento:
Cuando descubrimos que no somos felices: La felicidad no se concibe como una emoción sino que se siente, la mayoría no somos concientes de esto.
Mirarse a sí mismo nos permite reencontrarnos con los dolores de nuestro pasado (pregúntate qué te duele, dale una voz a tus emociones). Es ahí donde sobreviene el cambio. Pasar de priorizar los temas materiales y de resultados, e interesarse más en nuestro mundo interno y en lo humano, querer ayudar a otras personas a salir de su esclavitud.
El punto de partida
Primero es el auto conocimiento. Lo que siente un niño de 0 a 7 años lo lleva guardado durante toda su existencia y las dificultades y traumas vividos en esa etapa, afectarán e influenciarán su vida adulta hasta que tome conciencia y trabaje con estas emociones. La mayoría no tiene la menor idea de que las cosas se plantean así. Es por este motivo que es tan importante la reconexión con nuestro niñx interno con la intención de, desde nuestra adultez, brindarnos el cariño y apoyo que no tuvimos en nuestra infancia (es muy recomendable realizar la meditación del niño o niña interna para entrar en contacto con esta parte nuestra, en youtube pueden encontrar varias).
El ego: nuestro enemigo oculto
Ego, del latín, significa‘yo’. En psicología y filosofía, ego se ha adoptado para designar la conciencia del individuo, entendida ésta como su capacidad para percibir la realidad.
En la filosofía oriental, el ego es una especie de Yo inferior que quiere destacar, que necesita mostrarse y exhibirse en la búsqueda de reconocimiento exterior, aceptación y afecto, tratando de encontrar afuera (no siempre de manera constructiva) algo que le compense de una gran carencia interna.
En un lenguaje coloquial suele entenderse como un exceso aparente de autoestima.
Todos tenemos una necesidad de ego, es la naturaleza del ser humano, pero si no eres consciente, esa necesidad te puede llevar a meter la pata, a hacer cosas que nos son buenas para ti ni para los demás. Aquel que tiene una autoestima sólida se siente muy competente, capaz, querido, no tiene que buscar afuera lo que ya tiene y sabe en su interior.
¿Cómo evaluar nuestro progreso?
Podríamos empezar por el apego. Hay quienes se apegan en exceso a los bienes materiales, midiendo su valor personal según esto. Otros se apegan a las personas creando relaciones de dependencia buscando llenar un vacío interior.
Descubrir en qué medida te sientes conectado a un todo o si eres una persona muy individualista y jalas para tu lado. Todos pertenecemos a un todo.
Realizar prácticas que fomenten tu espiritualidad: oración, meditación, servicio. Está demostrado que cuando eres socialmente responsable, lo que entregas, te regresa. Todo lo que das al mundo regresa a ti: si tú das amor, te regresa amor, si das odio, rabia, termina regresando hacia ti.
Por eso es tan importante entender cuáles son nuestras creencias y trabajar sobre ellas para así poder ser concientes de aquellos pensamientos y acciones que exteriorizamos al mundo y que atraen y manifiestan nuestra realidad presente. Esencias Florales, conciencia y cambio
Los efectos son excelentes para todos los que estamos en el movimiento del cambio. La toma de esencias, aumenta la consciencia, eleva la vibración y te da distancia de los problemas, si hay dificultades u obstáculos, los resuelves, no explotas emocionalmente, tienes mayor control y estabilidad, mayor equilibrio.
Eso te permite encontrarte contigo mismo y descubrir dentro de ti un cariño más espiritual, una sensación de plenitud que compensa la necesidad de buscar afuera algo que siempre estuvo dentro de ti. Entonces empiezas a sentirte más tranquilx, tomas responsabilidad de tus emociones y te vas convirtiendo en una mejor persona.
Quién mira hacia afuera sueña, quien mira hacia dentro despierta
Carl Jung
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