Actualmente la terapia con Esencias Florales es el sistema más eficiente para recuperar nuestra armonía psicofísica. Investigaciones y estudios de laboratorio han demostrado que, tanto las emociones, como la actividad espiritual e intelectual, producen en el Sistema Nervioso la aparición, aumento, disminución o supresión de diversos neurotransmisores- Es por tanto necesario abordar a la terapia Floral llevando en consideración las interrelaciones que afirman: lo que piensa o siente cada persona, influye en las funciones neurológicas, endocrinas e inmunológicas de su organismo y por ende, en su salud.
Tengamos en cuenta que
En los remedios convencionales de la farmacología alopática, no hay productos cuya función sea el de reequilibrar las emociones. Lo que existe son bloqueadores o supresores de determinados sistemas bioquímicos que, además de enmascarar las emociones subyacentes, traen efectos colaterales indeseables (adicción, déficit de atención, alteraciones funcionales y orgánicas de médula ósea, hígado, sistema nervioso, etc.)
La mayoría de los médicos alópatas simplemente han decidido ignorar todos los avances de la Neurofisiología y la Psiconeuroinmunología: no tienen armas terapéuticas, consideran que las emociones son un campo del psiquiatra y en los hospitales solo hay tiempo y espacio para diagnósticos orgánicos; hay cada vez más especialistas y menos médicos de familia. Se usan aparatos cada vez más sofisticados, es verdad que con excelentes resultados diagnósticos, si ya existen lesiones orgánicas pero, en la medicina alopática convencional, no hay recursos terapéuticos específicos para el substrato emocional que ha producido, o puede producir, dicha patología.

Con las Esencias Florales, hay la posibilidad de equilibrar las emociones que alteran a esa persona, a fin que pueda afrontar o resolver de alguna forma, su problema: podemos trabajar en hacer prevención.
Creemos que la medicina preventiva es necesaria. Son primordiales las normas de higiene, prevenir enfermedades transmisibles y una preparación adecuada para la vida, tal como recibir amor, alimentos e instrucción, pero es seguro que siempre ocurrirán eventos que nos produzcan alteraciones emocionales en mayor o menor grado y, es allí donde se hace necesaria la terapéutica floral específica.
Lamentablemente, son todavía pocas las personas que se cuidan y controlan responsablemente. Un estudiante que baja el rendimiento, el aumento o disminución de la familia, el cambio de escuela, empleo o vivienda, y muchos otros eventos normales en la vida, puede ser estresantes, requieren ayuda. La atención preventiva puede evitar el desarrollo de trastornos más serios, que tengan repercusión conductual, funcional e inclusive orgánica (alteraciones del carácter, insomnio, gastritis, hipertensión, etc.)
Los psicólogos y terapeutas que usamos esencias florales, podemos ayudar a las personas a manejar las situaciones que les pueden generar conflicto, para poder encontrar posibles soluciones o a adaptarse a las nuevas circunstancias. En la atención con niños y adolescentes, las esencias florales son una excelente opción para mantener la salud física y mental. La terapia floral ha mostrado ser la terapia más eficiente, barata y fácil de usar para las alteraciones de conducta, problemas de lenguaje, en el aprendizaje, retardo psicomotor y otras áreas en que la farmacopea alopática no tiene medicamentos apropiados.
Con relación a la duración o tiempo de tratamiento, la gran ventaja de la terapia con esencias florales, es que al ser capaces de equilibrar o restituir los niveles energéticos, no se necesita usarlas durante mucho tiempo; en nuestra experiencia, solo en los casos psiquiátricos, de autismo o de lesiones orgánicas, se requiere tratamiento por períodos largos, de 2 o más años. Posteriormente, la mayoría de las personas con estos problemas, podrán mantenerse bien con tratamientos preventivos o de mantenimiento, especialmente cuando aún se espera seguir superando lo conseguido, o cuando se presentan convulsiones u otro tipo de manifestaciones físicas o emocionales que pudiera desencadenarlas.
En prevención, el tratamiento floral deberá ser dinámico y ajustado a las circunstancias. En eventos muy traumáticos, la fórmula magistral de Emergencia es útil en las primeras 12 a 72 horas, pero luego el tratamiento debe personalizarse y ser tomado por una a dos semanas, excepto en los casos de pérdidas, en que puede ser necesario prolongarlo por dos o más meses.
En problemas de menor impacto, los terapeutas debemos saber que si hemos hecho la indicación adecuada, el paciente se sentirá mejor, o muy bien en pocos días (a veces solo en horas) y el tratamiento tendrá que cambiar o ajustarse conforme al progreso conseguido: recordemos que cada esencia floral tiene un "espectro" energético de acción y es posible que cuando se equilibra el correspondiente a la esencia indicada, después sea necesario usar otra esencia con acción a nivel energético diferente, o simplemente, para que mantenga la armonía conseguida.
Hoy en día existen muchas Esencias Florales en el mercado con las que se pueden lograr excelentes resultados en muy corto tiempo: es indispensable de cualquier modo, que el terapeuta estudie y aproveche las experiencias de los investigadores o terapeutas reconocidos y no limitarse apenas a las que nos dejó el Dr. Bach; él mismo no dejó de investigar hasta su muerte y nos legó el incentivo para encontrar nuevas esencias al escribir que cada lugar tiene las flores que necesitan sus habitantes.
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