En la vida diaria aquello que percibimos con nuestros 5 sentidos no es "realidad". La física cuántica nos ha demostrado que el espacio y el tiempo, son ilusiones de nuestra percepción. Por consiguiente, nuestros cuerpos no pueden ser una realidad si ocupan un espacio.
Ernest Rutherford, realizó un experimento en Manchester que le reveló la forma del interior del átomo. Los científicos entraron en conmoción al descubrir que el átomo en su mayoría es un espacio vacío. La pregunta que surgió entonces fue, ¿Cómo es posible que este átomo vacío, pueda formar el mundo sólido que nos rodea?
El tamaño del núcleo es ínfimo en comparación al espacio entre éste y los electrones, lo que ejemplifica a la perfección por qué el espacio vacío predomina sobre la materia. De hecho, es tan alta la proporción de espacio sobre la materia que, si pudiéramos suprimir el espacio vacío a nivel atómico, la humanidad entera cabría en el volumen de un grano de azúcar.
Nuestra verdadera consciencia no existe en nuestros cerebros o en nuestro cuerpo.
La disolución de nuestros cuerpos individuales aliada a la desinformación de nuestros verdaderos orígenes, ha manifestado la idea errónea de que todos pensamos de forma independiente. A partir de este mal entendido, parecería imposible explicar científicamente asuntos como la telepatía, la clarividencia, los médiums espirituales y otros fenómenos involucrados en la transferencia de información entre las fuentes, sin el uso de medios físicos de comunicación. Sin embargo cuando logramos llegar a entender, que existe una unión espiritual entre todas las cosas del Universo, y que todos somos parte de una inteligencia divina, ningún fenómeno es inexplicable.
Esta simple comprensión llena todos los vacíos en las religiones actuales y explica la reencarnación, el deja vú, predicciones del futuro y literalmente la ocurrencia de cada evento o anomalía alguna vez experimentada.
La materia vacía dentro de cada uno de los bloques más básicos en la construcción de la existencia perceptible es maleable y se moldea a través de la intención. En otras palabras, esto significa que, es la conciencia la que le da forma a la realidad.
Nuestra educación esta basada en el hemisferio izquierdo.
Para la gran mayoría de nosotros, puede parecer difícil de entender, debido a que en los tiempos modernos se nos enseña, desde temprana edad, el ideal del pensamiento tangible y racional.
El hemisferio izquierdo es el responsable del lenguaje verbal, de la habilidad lingüística, de nuestra capacidad de análisis, de la resolución de problemas matemáticos, así como de la memoria y el pensamiento lógico y racional. De los dos hemisferios cerebrales, es el más intelectual, formal y convencional; absorbe y almacena información teórica y numérica (nombres, definiciones o fechas). Se encarga de la organización, el orden, la estructura y la planificación. Por ser muy obediente y disciplinado, se rige por medio de normas, reglas, protocolos, leyes y procedimientos estandarizados. Por otro lado, tiende a controlar e inhibir nuestros sentimientos. Puede utilizar el miedo para protegernos y mantenernos a salvo de potenciales amenazas y peligros.
Este hemisferio busca certezas y solamente se fija en la dimensión física, cuantitativa, tangible y material de las cosas. Presenta dificultades para percibir los infinitos matices grises que se pueden encontrar entre los extremos blanco y negro. Y solo considera válida aquella información que pueda demostrarse a través de hechos irrefutables, resultados medibles y datos estadísticos.
El hemisferio derecho a su vez, está vinculado con la experiencia cinestésica y sensorial de todo aquello que sabemos que no se puede expresar con palabras y que no por ello, es menos real. Nos brinda la habilidad de interpretar señales, signos y metáforas, así como la capacidad de soñar y de comprender el significado oculto de las cosas. Es con este hemisferio que nos conectamos con las dimensiones emocional y espiritual de nuestra condición humana; permitiéndonos "sentir" la parte cualitativa, intangible e inmaterial de las cosas. Es el más artístico, original y rebelde de los dos; le gusta salirse de la norma e ir más allá de lo socialmente establecido. No tiene sentido del tiempo y está totalmente centrado y arraigado en el momento presente.
El derecho, es el hemisferio experto en relacionarse con los demás. Destaca por su empatía, su compasión y su destreza para detectar los aspectos no verbales de la comunicación. Funciona muy bien para la percepción espacial, el movimiento y la orientación. Posee una visión holística de la realidad, concibiéndola como una unidad, en donde todo está integrado e interconectado. Entre otros dones, el hemisferio derecho nos permite desarrollar la intuición, la imaginación, la innovación y el pensamiento creativo; tiene facilidad para visualizar ideas e inventar cosas que no existían y que aparentemente no eran posibles. Es en definitiva, el hemisferio que nos nutre de confianza para atrevernos a seguir la propia intuición, nuestra voz interior y en consecuencia, a recorrer nuestro propio camino.
Aclaración: Ninguno de los dos es más importante que el otro; son más bien complementarios.
Lamentablemente, debido a la creciente homogenización de los programas educativos a nivel global, así como al actual acceso a plataformas educativas por internet, generación tras generación, la juventud va siendo entrenada para enfocarse y dar valor únicamente a verdades y hechos incuestionables, figuras y números. Se utiliza además, el método de la repetición para subconscientemente entrenar a los niños a aceptar sin cuestionamientos aquello que están aprendiendo. Y en este sistema, los niños que se atreven a cuestionar la validez de la información que reciben, no obtienen recompensas y al contrario son más bien, ridiculizados.
Es importante que reflexionemos a respecto de los niños que aceptan ciegamente la información que reciben como válida y que pasan simple y mecánicamente a repetirla cuando enfrentan un examen; ya que son esos mismos niños quienes, en el futuro, tomarán las decisiones dentro de sus gobiernos para hacer leyes en el campo de la medicina, negocios y cualquier otra profesión de poder y prestigio.
¿Existen efectos cuando se suprime la información del Hemisferio Derecho?
El efecto más prejudicial cuando nos alejamos del pensamiento holístico (con el cerebro completo), por manejarnos de forma estricta con el pensamiento del lado izquierdo, es lo que se conoce como la desconexión de lo femenino.
Todo individuo, sea de género masculino o femenino, posee cualidades masculinas y femeninas. Y esto es representado por el lado izquierdo y derecho del cerebro, Yin-Yang, negro-blanco, luz-oscuridad y cualquier otra dualidad. El balance entre ambos es vital para nuestra salud física y espiritual.
En el proceso de la supresión de lo femenino en nuestras culturas, se direccionó el pensamiento hacia lo racional, medible y estricto. Nuevos ideales de éxito y realización se impusieron a las masas (proceso consolidado con la Revolución Industrial del SXVIII). De esta manera, la habilidad natural del ser humano para sentirse terrenal, cósmico, realizado y con su energía personal, se fue perdiendo. Así como la consciencia de quién es y de sus capacidades.
Todas las religiones sin excepción, dicen que somos hijos de Dios y que su esencia está dentro de nosotros. Si abandonamos la representación humanizada que tenemos de Dios y comprendemos que Dios es la red espiritual que conecta a todas las cosas, las escrituras religiosas comienzan a tener más sentido.
Nuestro cuerpo es donde esta contenido nuestro espíritu, y tiene como función reunir experiencias para la mente divina. Es de ese modo que la evolución es posible. Por lo tanto, cualquier conocimiento, ayuda a cada especie a evolucionar naturalmente hacia organismos más complejos. Es importante que reintegremos al hemisferio derecho de manera a retornar a un equilibrio integrado y conectarnos a la Unidad. No olvidemos que esta realidad es creada y en la naturaleza, es imprescindible la unión e integración de lo femenino y lo masculino para crear.
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